La botella de agua; el plato, el vaso y los cubiertos de los niños; las cantimploras; las bolsas del súper; los envoltorios de los alimentos… Todo es de plástico. Es un fenómeno de los últimos tiempos, porque nuestros abuelos, y también padres, utilizaban botellas de cristal para los líquidos que consumían, que devolvían una vez vacías. ¿Parece un sistema antiguo? Para los países del norte de Europa no lo es, porque aún lo continúan haciendo. También devuelven los plásticos en unas máquinas de los supermercados que les dan céntimos o vales consumibles en los mismos establecimientos.
Atreveros a dar el paso. Sin plástico se vive mejor. ¿Por qué? Por muchos motivos.
1) No se puede reciclar. Una vez utilizado, quedará miles de años como residuo, de forma que se puede decir que los plásticos que usamos hoy pervivirán durante muchas generaciones venideras.
2) La materia prima del plástico es el petróleo, una fuente no renovable, y por este motivo es una de las más contaminantes.
3) Los plásticos se componen de una matriz polimérica y de una serie de aditivos (ablandadores, estabilizadores, lubricantes, blanqueadores, plastificantes) que sirven para adaptar los plásticos a los diferentes usos. Los aditivos pueden abandonar la matriz polimérica y contaminar los alimentos, tal y como asegura el periodista y escritor Cèsar Barba, autor de los libros Ecología domestica (Ed. Salvat) y Mamá, quiero ser ecologista (Plaza & Janés).
4) Muchos de estos aditivos tienen sensibilidad al calor, que modifica el plástico a temperaturas moderadas. “Investigaciones realizadas con alimentos de uso cotidiano han permitido comprobar que el proceso de cesión se inicia de forma inmediata, que una temperatura de 20º es suficiente para desencadenarlo”, continúa César Barba.
5) Es el caso del cloruro de vinilo, una sustancia extremadamente tóxica (cancerígena) que migra de los envases de agua de PVC al líquido. “Se ha comprobado que esta migración aumenta con las temperaturas y el tiempo de almacenamiento, y que podría superar los 100 ng/l solo en tres meses”. Teniendo en cuenta que puede transcurrir más de un año desde la fecha de envase hasta la del consumo y las elevadas temperaturas de almacenamiento en los países mediterráneos, las concentraciones de cloruro de vinilo pueden sobrepasar fácilmente los límites recomendables (algunos expertos dicen que la dosis oral de cloruro de vinilo aceptable es de 25 ng/persona).
¿Qué es exactamente el plástico?
Cèsar Barba nos alerta de cada uno de los envases de plástico que adquirimos:
| ENVASE | COMPONENTES PROBLEMÁTICOS | MIGRACIÓN |
| Botellas de PVC | Cloruro de vinilo y plastificantes (ftalatos y adipatos) | La contaminación aumenta con el calor y el tiempo de exposición |
| Películas plásticas transparentes (PVC) | Plastificantes (ftalatos y adipatos) | Aumenta en los alimentos grasos (carnes, quesos) y con las temperaturas altas |
| Latas de conserva | Película blanca interior (xenoestrógeno) | Se relaciona con alteraciones reproductivas y cáncer |
| Envases de poliestireno (leche, yogur, flanes…) | Estireno y etilbenzeno | Posible efecto mutagénico y cancerígeno |
| Envases de PET | Acetaldehído, etilenglicol y oligómeros | Bajo nivel de migración (aún en estudio) |
