La salud se construye en todas direcciones. Una dieta no sirve si, para hacerla bien, me tengo que hacer daño mentalmente. Construyo la salud hacia la comida, mis pensamientos, mis emociones y mis vínculos. La MTC propone una mirada de la persona en todos sus aspectos y dentro de su circuito y su familia.
Toda la parte emocional, de temperamento, de las almas… no se está explicando en Occidente, pero está documentada en los libros. Es una ciencia en el sentido de que parte de la observación. Parte de miles de personas observando cuerpos, observando la naturaleza, reflexionando y atando cabos. Construyendo nuevas formas de mirar para hacer diagnósticos y tratamientos personalizados. Además del pulso y la lengua.
Qué son los temperamentos o patrones
Hay 16 temperamentos, que es una reunión en la persona de diferentes síntomas y que abordamos observando su cuerpo. Reunión de aspectos:
- físicos,
- emocionales,
- de movimiento,
- de relación con el mundo,
- con relación a los órganos y a las emociones asociadas.
Siempre suele haber un patrón más nuclear: es el patrón a partir del que hemos construido nuestra identidad y que actúa en una capa más profunda. Luego hay otros patrones más accesibles o flotantes que usamos en la relación de pareja, la sexualidad.
El abordaje para tratar a una persona depende del diagnóstico. Hay patrones que necesitan ser empujados; de alguna manera necesitan ser acompañados de la mano. Hay otros que tienen una necesidad más de parar, de sentir.
Un patrón engloba muchas características de la persona que nos dicen hacia dónde están tirando patológicamente su cuerpo, su mente, sus emociones y qué es lo que va a pasar. Entonces, un médico chino lo que intenta es tirar una línea hacia delante, y ver el desarrollo de esa persona si sigue en esa dirección.
Ejemplo del “competidor despiadado”
Cuando entramos en los patrones o temperamentos del elemento agua, que está vinculado al miedo, hay uno que se llama “competidor despiadado”.
Es esa persona que tiene una curva lumbar más desarrollada de lo normal, una estructura de soporte que se apoya hacia delante, que tiene una manera de enfrentar el miedo yendo hacia la acción y hacia la productividad. Internamente, le cuesta mucho parar, sentir el vacío, escucharse.
El alimento es muy importante, porque imagina si una persona con este patrón de estrés, de vivir hacia delante, que vive en constante movimiento y a la que le cuesta parar, consume 5 o 6 cafés al día o se sostiene a base de comer azúcar, que es energía rápida para seguir.
No somos máquinas. Hay patrones que quieren competir con las máquinas.
Aquí, además de increpar a la conciencia de la persona que viene a la consulta, hay una propuesta de alimentación muy sencilla: vamos a dejar de sostenerte en el café, a ver qué pasa. En vez de hacer una dieta completa para el riñón, damos a lo mejor un solo paso, caminar y después otros.
Emociones y pasiones
Hay 5 elementos en la MTC y cada elemento tiene una emoción asociada.
- Agua: miedo
- Madera: rabia
- Fuego: alegría
- Tierra: todas y ninguna (la que toque en cada momento)
- Metal: tristeza
Tenemos el “afecto alegre”, que es tratarme bien, y el “afecto triste”, que es hacerme daño.
Una emoción es algo que te dice el cuerpo para que lo escuches y para avanzar. Es algo que se atraviesa. Es algo tuyo que tienes que cuidar. Y cuando no le haces nada de caso o le haces excesivo caso, se convierte en algo que te lleva hacia el sufrimiento.
Las emociones para la MTC se transforman en pasiones o zonas de sufrimiento cuando no son atendidas, ni escuchadas y cuando no las usamos para entendernos.
Les llamamos pasiones porque es una palabra que viene de la cultura griega. Pasión viene de pathos, y significa ‘sufrimiento’.
Incluso de la alegría, que es una emoción maravillosa, tienes que entrar y salir para dar espacio a todo lo demás. También hay momentos para sentir la tristeza, el enfado, y usarlos para poner límites. Para decir hasta aquí. Para preservar tu autonomía y tu integridad. Es decir, las emociones son grandes maestras y son para escucharlas y vivirlas y atravesarlas y dejarlas pasar.
Alimento emocional
Un alimento emocional es el que usamos para tapar las emociones que no queremos mirar. Es aquel que yo empleo para seguir estando en mi patrón.
Cada alimento se puede convertir en emocional si tengo una relación tóxica con él. Es la relación que tengo con esa sustancia, cuándo la uso, cuándo la busco, qué tapo con eso.
Hay muchos alimentos que, por tipología y energía, ya funcionan como un alimento emocional, porque su forma de incidir en el cuerpo es para tapar algo.
El estrés esconde miedo
El miedo es una emoción humana, todo el mundo la tiene. No es más valiente el que menos miedo tiene, sino el que mejor se relaciona con él.
Estamos en una cultura del no sentir. El miedo bonito es el que nos relaciona con la supervivencia y con cierta alerta natural. Le da valor a mi vida. Si estoy conectada es un radar interno para salir de las situaciones de peligro.
Una de esas situaciones difíciles se llama estrés, que para la MTC es la palabra moderna para decir pánico.
Una persona estresada está en pánico porque sus suprarrenales están funcionando por encima de sus posibilidades. Sus suprarrenales modifican su discurso hormonal.
Estamos arrinconando nuestra escucha al miedo y nos estamos poniendo en situaciones peligrosas que comprometen nuestra integridad emocional viviendo una vida estresante.
El miedo es una emoción que nos sitúa en la vida, pero hay que decirle al miedo: “¿Qué tipo de vida quieres vivir? Una vida estresada, o una vida fuera de ti mismo”. El miedo más grande que tenemos es a nosotras mismos. Somos nuestros desconocidos más cercanos.
La persona estresada es una persona asustada. Entonces hay que mirar qué le asusta y normalmente nos asusta el vacío: dejar de producir. Si la identidad está puesta en lo que hago y dejo de hacer, dejo de ser porque no hemos cultivado nuestro ser.
El vacío
Estamos buscando fuera para no tener que construir dentro. Construirse es una responsabilidad mayor que buscar. Porque, si lo que buscas y encuentras te falla, siempre le puedes echar la culpa al otro.
Vamos escapando con la comida, relaciones y actividades para no sentir el vacío. Espero que alguien venga de fuera para demostrar mi valía y que puedo ser amada. Esto es lo que hacen los niños y las niñas porque están construyendo su autonomía. Somos adultos y estamos funcionando igual.
Hay un momento en el que hay que soltar y no esperar del otro lo que yo no me sé dar. Yo me voy a dar a mí y tú te das a ti y lo compartimos.
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