1. Poner las truchas enteras en una bandeja apta para el horno, con una capa fina de AOVE en la base, y añadir un chorrito más de aceite y sal también por encima.
2. Meter el pescado en el horno previamente calentado, a media altura, y cocer durante 20 min a 180 ºC.

Para el romanesco

1. Separar en trozos pequeños el romanesco, manteniendo la forma de sus pinchos tan característicos.
2. En una olla, poner agua con sal y, cuando esté hirviendo, añadir los trozos de romanesco. Escaldar unos 5 min y poner directamente en un cuenco con agua y cubitos de hielo para parar la cocción (así conseguiremos que la verdura quede crujiente).
3. En un cuenco mezclar el ghee, la harina de almendra, la sal, la pimienta y otras especias al gusto (yo he utilizado cebolla deshidratada), hasta que quede una pasta homogénea.
4. Poner los trozos de romanesco escaldados en un recipiente apto para el horno, con un poco de AOVE en la base. Repartir la mezcla de ghee y de harina de almendra sobre la verdura como si fuera un crumble.
5. En los últimos 5 minutos de cocción, poner el pescado en la parte de abajo del horno y la verdura en la parte de arriba, para que el crumble se gratine. Subir la temperatura a 200 ºC solo durante estos últimos minutos.

Para acabar el plato

1. Mientras se gratina la verdura y se acaba de cocer el pescado, preparar la salsa al estilo Orio. Freír con aceite de oliva abundante los ajos cortados en láminas gruesas. Dorar un par de minutos, añadir un par de guindillas cortadas y parar el fuego.
2. Sacar el pescado del horno, poner todo el vinagre por encima y, inmediatamente después, el aceite al rojo vivo.
3. Dejar las truchas con la salsita durante 20 min más dentro del horno apagado (la verdura también se puede dejar allí para que no se enfríe), y ya podemos disfrutar de un plato supernutritivo y muy bajo en hidratos de carbono.