Esta es una época dorada para las personas que estamos especializadas en problemas digestivos o que los padecemos, y es que en las últimas décadas se hacen cada vez más estudios científicos relacionados con el microbioma, la genética y las analíticas que permiten obtener más información.

Salud digestiva

El Grupo Cinusa es un pequeño grupo de nutricionistas que investiga a nivel privado –dato importante, ya que en muchos estudios no hay dietistas-nutricionistas– y publican unas doce comunicaciones anuales que ayudan a confrontar mitos antiguos de nutrición y prácticas muy habituales, como que los pacientes se pueden tratar sin suplementos –a nivel digestivo es casi imposible hacerlo– o sobre la comparación entre las dietas cualitativas y las cuantitativas –las que aún se enseñan en la carrera–, o temas muy confrontados como el gluten, los lácteos o los ayunos, o enfermedades tan complejas como el Alzheimer, la fibromialgia o el TDAH.

Durante el último curso que impartieron en Barcelona, no solo pudimos ver todo tipo de buenos estudios científicos, sino también aplicaciones prácticas de tratamientos y resultados por parte de nutricionistas.

¿Queréis saber qué doce conclusiones más importantes aprendimos?

1- Profesionales actualitzados

Para saber qué pasa en el sistema digestivo debemos confiar en profesionales actualizados –en la teoría y en la práctica– e invertir en pruebas. Merece la pena.

  • Un básico es el test de microbioma funcional: bacterias, parásitos, virus, protozoos, hongos… Sí, hongos. ¡Que ningún médico más os diga que no existe la candidiasis intestinal!

Pensemos que tenemos 10 veces más microorganismos que células. Pesan unos 2 kg y sus genes son 150 veces más que los propios e interactúan entre ellos. Necesitamos conocerlos y cuidar a los que nos interesan. El estudio de este metagenoma ha visto que afectan en fermentación de carbohidratos, biotransformación de xenobióticos (las primeras que metabolizan la medicación son nuestras bacterias), patógenos, inmunidad, energía, síntesis de compuestos bioactivos que pueden llegar a modular hormonas… Se ha visto, por ejemplo, que la microbiota es completamente diferente entre pacientes con Crohn y colitis que entre pacientes saludables, y entre personas con un buen peso o personas con obesidad. Se estudian organismos como el Toxoplasma gondii, que es capaz de cambiar el comportamiento del huésped para sobrevivir (regulación del miedo y del peligro) y hay algunos estudios que lo relacionan con ansiedad y hasta con trastornos de conducta alimentaria (anorexias y bulimias). Podéis ver los estudios aquí y aquí. La Giardia, por otro lado, se relaciona con artritis y hasta con cáncer. Suele ubicarse entre la vesícula y el yeyuno e impide la correcta producción de los ácidos grasos.

  • Para analizar correctamente la celiaquía (se calcula que hay, aún sin diagnosticar, el doble de la población diagnosticada) se suelen mirar los IgA en sangre, diferentes anticuerpos (no solo antigliadina) y se hace una gastroscopia cogiendo cinco regiones y mirando genética en sangre (DQ2, DQ3 y DQ8). La sensibilidad al gluten no celiaca o la sensibilidad al trigo no celiaca se diagnostica cuando se descartan los anteriores y pasan seis semanas sin tomar trigo en las que se anotan bien del 1 al 10 los diferentes síntomas. Primero se descarta trigo, ya que los cereales con gluten, además de gluten pueden tener otros componentes irritantes como FODMAP y ATIS (inhibidores de la tripsina y la amilasa). Si hay una variación del 30% en los síntomas, es que hay sensibilidad. Ismael San Mauro Martín nos enseña también investigaciones que muestran que no hace falta tener celiaquía o sensibilidad para que el gluten pueda interferir en problemas como la depresión, hiperactividad, cefaleas, autismo, dermatitis, fibromialgia y esclerosis múltiple. Los péptidos de la gliadina (parte del gluten) que no se digieren aumentan la zonulina y eso hace que se abra el canal (permeabilidad intestinal). ¿Por qué no quitarlo si se está estudiando que puede estar relacionado? El gluten no es necesario para vivir; una dieta sin gluten no genera ningún déficit ni patología. Muchos medios se aprovecharon de un tema muy de moda para sacar titulares sin ningún sustento ni profesionalidad, teniendo en cuenta del gran impacto que tienen, y hasta médicos y congresistas que no tienen tiempo de revisar los estudios se lo creyeron. Cuando un paciente cree emocionalmente que algo es malo, no hay estudios que sirvan. En algunos casos, el gluten empeora o perjudica al paciente, pero tampoco es el demonio. La dieta sin gluten no es ni peor ni mejor para la salud, ni engorda ni adelgaza. Es una pieza más y no podemos dejar de lado todo lo demás que interfiere en el ser humano (ambientoma).
  • Es importante mirar el grado de irritación, inflamación o permeabilidad de la mucosa digestiva. Podemos mirarlo por PCR o calprotectina fecal (sobre todo en el tramo descendiente; cuando hay Crohn o colitis suele estar a más de 1.000). Si esta mucosa está irritada, empeorará, porque una de sus funciones es protegernos del ácido clorhídrico que viene del estómago, y si no, este ácido la puede irritar más. También podemos mirar el estado de la zonulina en un test de microbioma especial.
  • Cada vez se habla de más casos de SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino grueso que sube hacia el intestino delgado debido a la válvula ileocecal entre estos dos por hiperestimulación hormonal o inflamación de la mucosa o permeabilidad). Los síntomas de SIBO son muy parecidos a los de candidiasis intestinal, porque se trata de sobrecrecimiento de un microorganismo en un sitio que no tiene que estar. ¿Cuáles son los problemas del SIBO más allá de distensión abdominal con dolor y un exceso de gases? Daño de la mucosa por su toxicidad, malabsorción de grasas e hidratos de carbono y competencia de absorción de nutrientes (se comen la vitamina B12 y producen B9 o B6, por ejemplo) y muchos otros síntomas de malestar. En estos casos, se recomienda un test fecal de microbioma y un test de lactulosa con hidrógeno y metano (este último no se suele mirar, pero es clave para medir las bacterias metanogénicas o arqueas que se comen el hidrógeno). Es importante recordar que hay muchas personas con intolerancia a la fructosa o a la lactosa que siguen con síntomas incluso sin tomar lo que les produce el problema, porque puede ser que haya una malabsorción de fructosa asociada a una fermentación por SIBO; se debe volver a mirar cuando se haya arreglado).

2- Visión integrativa

Como profesional de la salud, es clave tener una visión integrativa, global o holística, y serlo no significa ser hippie o alternativo o no tener evidencia o estudios científicos. (Un ejemplo es que el equipo de Ismael San Mauro Martín trabaja con médicos en hospitales públicos). Los humanos no somos seres que solo comemos o solo enfermamos. El cuerpo humano es muy complejo y todos los procesos que intervienen tienen relación entre sí. Nos parece imprescindible, pues, que los profesionales de la salud abran la mente, se actualicen y vean a los pacientes con una visión completa y que se hable de actividad física, ambiente y emociones para poder tratar patologías y prevenirlas.

El ambiente es realmente importante. Más allá de la genética, tenemos interacción y enfermamos debido al estrés, al sueño, a las radiaciones, a los vicios tóxicos y a la alimentación, aunque haya muchos médicos que aún no crean en esto que llamamos ambientoma.

  • Estamos recibiendo más de cien millones de veces más de radiación en los últimos cien años y por eso cada vez más existen más casos de intolerancias al electromagnetismo (no, esas personas no están locas). ¿Cómo puede ser que haya tantos metaanálisis de la relación entre la contaminación y la salud y que los políticos no hagan nada, ni siquiera para concienciar y que los que hablamos del tema seguimos siendo tachados de hippies y radicales? Hace cincuenta años que se ha prohibido el DDT y aún se encuentra en placenta y grasa; podéis ver artículos interesantes aquí y aquí). ¡Es un gran problema! ¡Dejemos de mirar hacia otro lado! Nos quejamos de obesidad, de ciclos menstruales problemáticos, de malas digestiones, de problemas con las tiroides, pero no sirve de nada que nos desintoxiquemos si nos pasamos el resto del tiempo tomando alcohol, abusando de procesados, sin hacer deporte y con mucho estrés. No se puede compensar todo. Hay que ingerir un mínimo de alimentos ecológicos. Muchas veces empezamos a tomar más verdura y nos sienta mal. Quizá no sea la verdura, sino los tóxicos que lleva (sobre todo huevos y patatas). Sociabilizarse es básico para el ser humano, pero hay gente que da prioridad a su vida social o a otros gastos de cualquier tipo antes que dársela a la salud.
  • La microbiota cada vez es menos diversa. Los antibióticos que se dan a los animales pasan también al agua y cada vez hay más resistencia a ellos (el año pasado murieron más personas por este tema que por accidentes de tráfico, y se calcula que en 20-30 años será uno de los principales motivos). Además, se ha visto que el microARN que hay en vegetales afecta a los genes de los humanos (y hace que se “activen” o expresen los relacionados con patologías, funciones hepáticas, obesidad…).

3- Sobrepeso y obesidad

¿Tenemos un problema de sobrepeso y obesidad? Las últimas investigaciones no solo hablan del exceso de cantidad de alimento y de sedentarismo (recordatorio: se puede seguir siendo sedentario y hacer 1 h de deporte al día), sino de los procesos inflamatorios del organismo y de la capacidad que tiene el cuerpo de metabolizar los almidones. Esto último lo podemos averiguar, por ejemplo, con el test de genética de amilasa salival, que nos permite saber si tenemos más o menos resistencia a la insulina y si utilizamos bien estos almidones. Así pues, a algunas personas no les sienta bien tomar hidratos de carbono por la tarde debido a las hormonas que intervienen en el metabolismo de la glucosa y la resistencia a la insulina. Respecto a los procesos inflamatorios, los últimos estudios genéticos muestran que la eficacia de la suplementación en omega-3 en la salud cardiovascular o de la cúrcuma en los procesos inflamatorios depende del polimorfismo -75G/A.

Neus Elcacho

Dietista integrativa y coach nutricional

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