Muchas familias afrontan estos días su “nueva normalidad”, que no solo implica respetar la distancia social, llevar la mascarilla y lavarse las manos a menudo, sino también aprender a gestionar los pocos ingresos que ahora tienen para cubrir las necesidades básicas como la vivienda o la alimentación a causa del impacto económico de la COVID-19.

Guía alimentación saludable y económica para familias con niños

El derecho a una alimentación adecuada, autónoma y digna y no solo poder comer es uno de los derechos establecidos en la Declaración de los Derechos Humanos de 1948. Dice: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida que asegure, para ella y su familia, la salud y el bienestar, especialmente en cuanto a alimentación, vestir, vivienda, asistencia medica y servicios sociales necesarios.”

Cuidemos la salud de nuestro futuro

Dentro de este marco, donde la crisis económica afecta a una gran parte de nuestra sociedad, los niños tienen derecho a una protección especial, puesto que se encuentran en una etapa crucial y tenemos que garantizar que se puedan convertir en adultos plenamente desarrollados y sanos.

Hay una relación directa entre el nivel económico y la obesidad. Cuanto menos recursos, más obesa es la población, puesto que se acaban consumiendo de forma habitual alimentos ultraprocesados ricos en azúcares, grasas no saludables y un exceso de snacks, refrescos, bollería, pasta… que se pueden comprar a precios muy reducidos. Esto va en detrimento de un consumo frecuente de frutas, verduras y productos integrales.

En estos casos, la obesidad va asociada a una malnutrición oculta, una carencia de vitaminas y minerales que deriva de esta alimentación desequilibrada y sin alimentos frescos. En la crisis económica del 2008 ya se observó un incremento en la malnutrición infantil porque creció el número de niños que no tenían acceso a una alimentación suficientemente equilibrada y rica.

Y es que la obesidad en la infancia y la adolescencia tiene consecuencias graves tanto a corto plazo como largo. Los niños obesos tienen muchas probabilidad de desarrollar diabetes de tipo 2, hipertensión y dificultades para dormir y, a largo plazo, llegan a ser adultos con más riesgo de afectaciones cardiovasculares, problemas articulares e, incluso, de muerte prematura.

La alimentación saludable no es cara

Desde el Ayuntamiento de Barcelona se ha elaborado un material práctico dirigido a familias con niños de 18 meses a 18 años, especialmente con dificultades económicas, que orienta y hace recomendaciones para preparar con autonomía comidas diarias saludables y económicas.

El objetivo final de la Guía de alimentación saludable y económica para las familias con niños es llegar a ser una herramienta útil para que las familias puedan gestionar de una manera ágil y fácil el derecho a una alimentación adecuada con un presupuesto reducido.

Contiene consejos generales sobre alimentación, propuestas de menús variados, equilibrados, a buen precio y para todo el año, la lista de la compra según los miembros de la unidad familiar y algunas recetas. Todo bajo la premisa: “Seguir una dieta saludable no es sinónimo de gastar mucho dinero.”

Guía alimentación saludable y económica para familias con niños

Las bases de la dieta saludable

Las bases generales de esta guía y que se han tenido en cuenta para elaborar estos menús son:

  • Potenciar el consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Si puede ser, frutas y verduras de temporada, puesto que suelen ser más económicas.
  • Comprar a granel para poder ajustar las cantidades y evitar que se echen a perder alimentos.
  • Apostar por alimentos proteicos como los huevos y las legumbres.
  • Reducir el consumo de carne roja procesada.
  • Reducir el consumo de sal y azúcares añadidos.
  • Reducir el consumo de alimentos procesados.
  • Aprender trucos y hábitos de compra para ahorrar y adaptar las comidas a cada temporada.

Potenciar la cocina de reaprovechamiento

Además de los dos tipos de menús diferenciados por edades –para niños de 18 meses a 3 años y de 3 años en adelante–, que son una muy buena base para organizar menús saludables de temporada a buen precio, la guía aporta ideas para potenciar la cocina de reaprovechamiento.

Este tipo de recursos y hábitos no solo nos ayudan a reducir el gasto en alimentación, sino que también tienen un impacto medioambiental a la hora de reducir residuos. Algunos ejemplos son preparar caldos a partir de restos de carne, pescado y verduras, aprovechar la carne de los caldos para hacer croquetas, hacer tostadas o picatostes con los restos de pan duro, aprovechar los restos vegetales de frutas y verduras para hacer salsas y cremas, por ejemplo.

¿Habéis probado el gazpacho de alubias? ¿O sabéis hacer una coca de recapte? Estas son las recetas que encontraréis en la guía: platos sanos, equilibrados y a buen precio que gustan a toda la familia.

Carlota Gurri
Carlota Gurri

Dietista