En el año 2014 se proclamó el Día Internacional del Yoga. La ONU otorgó el privilegio de tener un día propio a esta práctica milenaria oriental que actúa en el plano físico, mental y espiritual, y reconoció, así, que el yoga ofrece una visión holística de la salud y el bienestar de las personas. Es, por tanto, una forma de difundir a toda la población mundial las ventajas de su práctica.

Sirsasana, la postura invertida reina del yoga

La palabra yoga está relacionada con el concepto de unión, y hace referencia a la armonía de los diferentes niveles del ser humano. La práctica continuada y constante de esta disciplina ayuda a desarrollar la atención en el presente y a vivir de manera consciente, entre muchos otros beneficios. Para conseguirlo, el yoga incluye diversas técnicas o estadios, como las asana (posturas) o el pranayama (técnicas de control de la respiración y de la energía vital).

A pesar de que es una disciplina oriental milenaria –surgió hace cientos de años en la India–, en los últimos años, la práctica del yoga se ha extendido por todo el mundo y, muy especialmente, en Occidente como práctica deportiva y de relajación.

Filosóficamente, el yoga es una disciplina muy profunda que tiene en cuenta aspectos éticos y espirituales. De todos modos, la práctica occidental se centra a menudo, y equivocadamente, exclusivamente en las posturas.

¿Qué beneficios tiene el yoga?

  1. Es una herramienta de autoconocimiento. Cada uno lo puede buscar de una forma diferente y experimentar su propia evolución, a su ritmo e intensidad.
  2. Desarrolla la conciencia. Cuanto más yoga practicamos, más conciencia tomamos del entorno y de nosotros mismos. Esta conexión con el presente nos ofrece una mejor concentración, coordinación, tiempo de reacción y memoria.
  3. Mejora la forma física, Sobre todo en cuanto a flexibilidad, equilibrio y fuerza. Además, también nos ayuda a mantener en equilibrio los sistemas nervioso, endocrino y circulatorio y, en su caso, en casos de estreñimiento, dolor de cabeza, dolor menstrual u otras afecciones.
  4. Ayuda a gestionar el estrés y la ansiedad, aspectos que hacen más fácil:
  • Alimentarnos de forma consciente y equilibrada. La práctica del yoga reduce los niveles de estrés y de ansiedad, que a menudo nos empujan a elegir patrones alimentarios poco saludables.

Yoga y alimentación han ido siempre unidos. Los expertos creen que llegar a alcanzar el desarrollo cuerpo-mente que persigue el yoga de una forma óptima es imposible sin una alimentación natural, sin productos refinados, tóxicos ni de origen animal.

  • Tener mejores digestiones, gracias a las muchas posturas que favorecen el proceso digestivo, como a las técnicas de relajación que propone el yoga nidra, que reducen las tensiones que son origen, a menudo, de problemas gastrointestinales.
  1. Mejora la respiración, función vital que se ve limitada cuando hay estrés. El yoga, con técnicas de respiración consciente, contribuye a recuperar una respiración natural completa.
  2. Para los niños, practicar yoga puede ser muy beneficioso, ya que representa “un espacio de libertad en el que sean ellos mismos y puedan decidir cómo quieren relacionarse con el resto del grupo tomando la responsabilidad de sus propias decisiones“, tal y como decía Sandra González, profesora de yoga kundalini, en el artículo “Yoga para niños: ¿por qué?

La práctica del yoga ha ido evolucionando a lo largo de los años y ha dejado paso a la creación de ramas o escuelas nuevas que, partiendo de una misma base, han construido métodos diferentes. Por ello, el yoga que hoy se practica en los centros especializados puede ser muy diferente entre sí y conviene probar más de un método para saber qué nos encaja mejor.

Los tipos de yoga más populares

Hatha yoga

Esta modalidad es conocida como yoga físico. Combina posturas, relajación, respiración e interiorización, y genera un estado de quietud física, emocional y mental. Se basa en posturas suaves enfocadas a trabajar, sobre todo, la flexibilidad.

Actualmente es el tipo de yoga más practicado en todo el mundo y suele ser la opción elegida por los principiantes.

Kundalini yoga

También se llama yoga de la conciencia. Es el tipo más antiguo de yoga, y se basa en despertar la energía del cuerpo. Incluye posturas, respiración, meditación, mantras y relajación. Se trata sin embargo, más allá de una práctica, de una filosofía de vida que incluye también enseñanza de salud y nutrición, de relaciones interpersonales y que ofrece una visión cósmica del ser humano en relación con el universo y consigo mismo.

Bikram yoga

Se practica en una sala climatizada entre 40-42 ºC y consiste en hacer una serie de veintiséis posturas –con unos ejercicios previos y finales de respiración– pensadas para tratar los diferentes sistemas del organismo. No se debe confundir con el hot yoga, que también se practica en una habitación caliente, pero que no sigue una secuencia específica de posturas.

Ashtanga yoga

Yoga de las ocho ramas o pasos (ashtanga en sánscrito significa literalmente ‘ocho miembros’). Estas ocho ramas incluyen: códigos morales (yamas), purificación personal (niyamas), posturas (asanas), control del prana a través de la respiración (pranayama), retracción de los sentidos para iniciar la interiorización (pratyahara), concentración mental (dharana), meditación (dhyana) y contemplación (samadhi). Aunque los pilares para alcanzar la realización personal son los yamas y los niyamas, se recomienda empezar por las posturas, que están divididas en tres series según el nivel de dificultad, para adquirir la claridad mental necesaria.

Yoga Iyengar

Creado por el conocido maestro B.K.S. Iyengar, es una derivación del hatha que pone especial énfasis en la alineación corporal, es decir, en la postura correcta. Es frecuente utilizar soportes como mantas, cuerdas o sillas, que facilitan la práctica de las posturas y la respiración y las hacen más asequibles para todos, independientemente de la edad, el estado de forma o la constitución.

Por eso también resulta un buen método para introducirse en el mundo yogui.

Vinyasa yoga

El término sánscrito vinyasa hace referencia al vínculo entre la respiración y el movimiento, y es que este tipo de yoga se fija especialmente en este aspecto, y acompasa cada movimiento con una inhalación, retención o exhalación. Aunque no es una escuela o corriente como tal, las clases de yoga que se identifican con este nombre se han hecho muy populares en Occidente y se ofrecen en muchos centros.

Yoga nidra

Se basa en técnicas de meditación para alcanzar un estado de relajación físico, emocional y mental. Es como un estado lúcido del sueño en el que se alternan momentos de conciencia con momentos de no conciencia en los que la persona incluso puede dormirse. Resulta muy útil para potenciar ciertas funciones del organismo.