Cuando pensamos en lasaña nos viene a la mente el típico plato italiano con capas de pasta, carne o verdura, salsa de tomate y bechamel. No sé si le pasa a mucha gente, pero yo recuerdo que, cuando me comía una lasaña vegetariana, la disfrutaba al momento pero después me costaba mucho digerirla. Y supongo que las que están rellenas de carne aún deben ser más indigestas por la combinación de pasta, carne y bechamel. ¡Una bomba!
Además, ahora en verano siempre apetece algo fresco fácil de digerir y que no nos quite tiempo para estar con la familia, los amigos, en la playa, en la piscina o disfrutando del aire libre, así que este plato es uno de mis tops veraniegos.
Esta adaptación es muy fácil de hacer, rápida y deliciosa. Y como ya he dicho no provoca sensación de pesadez ni digestiones lentas y pesadas. Por eso es también un plato ideal para cenar.
La combinación de calabacín, tomate y aguacate es una de mis preferidas a la hora de hacer una lasaña, ya que el calabacín da la consistencia a la base, el tomate en medio es una explosión dulce y el aguacate aporta la grasa tan saludable y nutritiva que necesitamos. Después, a mí personalmente me gusta mucho combinarla con una salsa suave de espinacas y anacardos con un toque de limón.
Como siempre, la receta permite hacer variaciones según preferencias personales, como por ejemplo cambiar la salsa por un hummus crudivegano de remolacha, añadir algunos espárragos o champiñones salteados (aunque el plato entonces ya no sea crudivegano), etc.
La mejor manera de cortar las verduras a láminas es con una mandolina, pero si no tenemos lo podemos hacer con un buen cuchillo intentando que las láminas queden muy finas.
Es un plato ideal cuando tenemos invitados porque es muy vistoso, está buenísimo y es una forma original y sorprendente de comer verduras crudas más allá de las ensaladas.
Lo que me gusta mucho de esta receta también es que se puede dejar la salsa preparada en la nevera el día antes, e incluso la coliflor, ya que cuanto más rato se macere más amorosa quedará. Así, el día de hacer la receta prácticamente solo quedará montar la lasaña.
La coliflor se puede comer cruda si se mastica muy bien. Es interesante no cocinarla porque así aprovechamos todas sus vitaminas, pero también se puede cocer en el horno, por ejemplo. Solo se debe poner esta misma mezcla en una bandeja y dejarla unos 20 minutos a 180 grados, más o menos, según la potencia del horno. Es una opción para cuando ya no hace tanto calor.
Y hablando de la coliflor, esta verdura de la familia de las crucíferas contiene más del 90% de agua y pocos hidratos de carbono. Además, regula el tránsito intestinal porque tiene mucha fibra y es muy rica en vitamina C y en B9 (ácido fólico), ideal durante el embarazo. De minerales destacaríamos el potasio, el magnesio, el hierro y el calcio. La coliflor es una aliada si se quiere perder peso, ya que contiene bastante potasio, que favorece la eliminación de líquidos corporales. También es un alimento que ayuda a prevenir el desarrollo de las células cancerígenas porque, como es un buen desintoxicante del hígado, ayuda a eliminar todos los tóxicos que podrían generar este tipo de células.
¡Y ahora vamos a por la receta!
Ingredientes
- 1 aguacate
- 1 tomate grande
- 1 calabacín
- 1 taza de espinacas
- 1 taza de anacardos remojados toda la noche con agua de calidad
- 1 taza de coliflor a trocitos
- aceite de oliva virgen extra
- sal rosa del Himalaya o sal marina sin refinar
- pimienta negra al gusto
- cúrcuma al gusto
- lino molido al gusto
- unas hojas de albahaca
- vinagre de manzana (un chorrito)
- zumo de medio limón
- agua de calidad
Preparación
- Para macerar la coliflor, poner en un bol los arbolitos de la coliflor, el vinagre de manzana, la sal, el aceite de oliva, la cúrcuma, la pimienta negra, el lino molido y las hojas de albahaca enteras. Mezclar con las manos para impregnarlo bien y reservar mínimo 30 minutos fuera de la nevera. Remover de vez en cuando.
- Preparar la salsa poniendo en el vaso de la batidora la taza de espinacas, los anacardos colados, el zumo de medio limón, un poco de agua y sal. Triturar hasta que la consistencia sea la deseada. Reservar en la nevera.
- Con la ayuda de la mandolina cortar a láminas finas el calabacín y el tomate. Hacer lo mismo con el aguacate aunque, si no queda bien con la mandolina, se puede hacer con un cuchillo.
- En un plato poner una base de calabacín, dos o tres láminas, y seguir con el tomate, un poco de sal y aceite. Continuar con el aguacate y un poco de la salsa.
- Repetir el punto 4 las veces que se desee.
- Decorar la salsa con algunos anacardos previamente reservados.
- Para acompañar, hacer una cama de espinacas y añadir la coliflor macerada.
- ¡A disfrutar de la lasaña más original!