Reducir entre un 3% y un 18% la sal, el azúcar y las grasas en más de 3.500 productos alimentarios es una de las medidas del nuevo Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas. El Plan, presentado esta semana por la Ministra de Sanidad, Dolores Montserrat, y promovido a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), viene avalado por las recomendaciones de la OMS y de la Unión Europea en términos de salud y alimentación.
En términos generales, establece la reformulación en un % concreto de disminución de sal, azúcar y grasa en muchos productos procesados de consumo habitual en familias, niños y jóvenes como son: la bollería/pastelería, bebidas azucaradas, galletas, salsas, productos lácteos, aperitivos salados, néctares de fruta, cereales de desayuno entre otros.
Así como también, acciones en restauración social (colegios, restaurantes de empresas y hospitales, administración pública, entre otros):
- aumento de opciones de primeros platos con mayor contenido en hortalizas
- disminución de la oferta de platos precocinados
- ofrecer yogur natural no azucarado frente al azucarado
- mayor variedad de frutas de postre entre otras acciones.
En el caso de la restauración, la reducción del contenido de sal y azúcar en los sobres monodosis y el facilitar la opción de leche desnatada en cafetería. Y en máquinas automáticas, la reducción de la dosis máxima de azúcar permitido en bebidas calientes, aumento de opciones saludables en las máquinas y el aumento de agua y refrescos sin azúcares añadidos.
Según la Ministra de Sanidad el Plan será una herramienta eficaz para luchar contra las enfermedades crónicas que más afectan (la diabetes, enfermedades cardiovasculares, el cáncer) y la obesidad. Con estas medidas se pretende apoyar y fomentar la investigación y desarrollo de productos que conformen una dieta con menos azúcares añadidos, sal, grasas saturadas, trans y calorías e impulsar las ‘buenas prácticas’ para una implementación efectiva de medidas que ayuden a mejorar nutricionalmente el conjunto de la dieta.
Consumo de azúcar
Si nos remitimos a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, se recomienda reducir el consumo de azúcares libres (añadidos) a lo largo del ciclo de vida. Tanto para los adultos como para los niños, se recomienda que el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos al 10% de la ingesta calórica total. Y añade que una reducción por debajo del 5% de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud.
Según el Ministerio de Sanidad, actualmente las cifras en cuanto al consumo de azúcar en la población española adulta son del 19% /día, de los cuales un 8% son azúcares añadidos. En población infantil (de 6 meses a 17 años) el consumo llega a 21,5% /día, de los cuales un 10,4% son añadidos.
Analizando estos datos podemos observar que el consumo de azúcar añadido se acerca a la media máxima recomendada por la OMS, no obstante los datos de los estudios de la AECOSAN indican que el 53,9% de los niños y adolescentes, el 25,6% de los adultos y 44,9% de las embarazadas superan el límite del 10% recomendado por la OMS.
Así que nos preguntamos si no sería más fácil enfocar las políticas hacia el fomento de acciones destinadas a informar y educar a la población en el consumo de comida real no procesada, en ir más al mercado y menos al supermercado y en comer de temporada para favorecer la disminución del consumo de azúcar y sal añadida y grasas trans. Antes que disminuir en una media de un 10% el azúcar, la sal y las grasas en la comida procesada.
Pero aún hay esperanza, cada día que pasa los consumidores estamos más informados y movimientos a través de las redes sociales como el #realfooder que fomenta el consumo de comida real frente a la procesada promovido por el Nutricionista Carlos Ríos, junto con otros Nutricionistas Juan Revenga, Aitor Sánchez o Gabriela Uriarte. Recientemente el promotor del movimiento #realfooder denunció a través de redes sociales mediantes Stories en Instagram y el hashtag #BoicotAlcampo que dentro de la línea La vida azul —una selección de productos señalizados como tal en los supermercados Alcampo lanzada para ayudar a sus clientes a comer de manera equilibrada— se incluían productos como cereales azucarados, salchichas, helados, galletas de chocolate, pizza, refrescos o gominolas, en vez de frutas y verduras por ejemplo. Además se visualizó que dentro de la categoría de los productos de La Vida Azul había opciones recomendadas con mayor porcentaje de azúcar que otras no señaladas.
Finalmente Alcampo a través de twitter pidió disculpas públicamente a los consumidores por no saber transmitir el espíritu de la Campaña.
Actualmente los productos procesados, con azúcares, sal y grasas trans añadidas son cada vez más habituales en los carros de la compra de la mayoría de la población, este es el problema real. Y movimientos como el #realfooder que fomentan el consumo de comida “de verdad” aportan información más clara, más sencilla y con menos listas de ingredientes para que todos sepamos escoger mejor cuando hacemos nuestra compra.