Acaba de estrenar programa televisivo, el medio en el que Berta Collado se mueve con naturalidad pasmosa. También en las distancias cortas se muestra sin artificios. Llega puntual a nuestra cita en el B_Us (Duque de Rivas, 5) una cafetería-restaurante que forma parte de utopic_US, un espacio de coworking y creatividad en el centro de Madrid.
Mi madre siempre nos daba alimentos sin grasa, nunca comida basura. Yo creo que tengo el estómago acostumbrado a comer bien. Para que te hagas una idea, nunca en la vida he probado una hamburguesa del McDonald’s.
Entonces cuidar tu alimentación no te supone ningún esfuerzo…
Para nada. No me ha costado nunca cuidarme porque estoy acostumbrada a comer sano. Como de todo, aunque intento escuchar mucho a mi estómago. Hay cosas que no me sientan bien y directamente las elimino. La lactosa no me sienta bien. También estoy probando de quitarme el gluten. No soy celíaca, pero empecé por probar unos panecillos sin gluten que me encantaron y noto que me sienta muy bien no tomarlo. También intento no saltarme ninguna comida, desayunar siempre…
Ser ordenada, vaya.
Sí. No siempre puedo, pero lo intento. Luego también he tenido mucha suerte porque nunca he tenido que hacer dieta, y me doy algunos caprichos. Me gusta el chocolate, las patatas fritas… Y no me lo quito. Como sano sobre todo para tener buenas digestiones. Pero también me lo noto en la piel, en el pelo… Se nota mucho los alimentos que tomas.
Me decías que hay alimentos que te sientan bien y otros que no…
Sí. Me hice las pruebas de intolerancia de alimentos. Y me salió que el huevo de gallina no me sienta bien. ¡Y a mí que me encanta la tortillas de patatas, los huevos fritos…! Pero procuro no tomarlo. A ver, una vez al mes puedo comer un pincho de tortilla, pero no puedo tomarlo habitualmente.
¿Qué otros alimentos no toleras bien?
Los moluscos. Me salió que me sientan muy mal. No he vuelto a tomar marisco. Me encantaban las almejas a la marinera y no las he vuelto a probar.
¿Te sientes mejor?
Sí. Menos cansada… Pero también a nivel del estado de ánimo. Yo creo que somos lo que comemos. A veces te sientes como de bajón y yo creo que tiene mucho que ver con la alimentación.
¿Tienes identificados los alimentos que te dejan KO y los que te dan energía?
Sí. He estado muchos años intentando identificarlos… Escuchando a mi cuerpo. Si un día no tengo mucho trabajo por delante, puedo darme un capricho, porque luego no pasa nada si tienes una digestión muy lenta. Pero si hay que trabajar, intento evitar ciertos alimentos.
¿Qué no tomas nunca?
Ni fritos ni cosas rebozadas. No me sienta nada bien. Tampoco alimentos con mucho aceite, o la bollería industrial. No me llama nada la atención, no me siento bien tomándola. Prefiero un trozo de chocolate que un bollo relleno de chocolate. Tampoco tomo leche tradicional. ¡Y el pimiento rojo me sienta fatal! No lo tomo nunca. Cuando me lo cuelan por ahí, lo noto enseguida.
¿Eres cocinillas?
Muy poco. Pero tengo la suerte de que mi madre no vive muy lejos, y cada cierto tiempo, me manda sus tuppers…
Todos tenemos un sabor que evoca nuestra niñez. Un plato que al probarlo nos traslada directamente a cuando éramos unos críos. ¿Cuál es el tuyo?
Las lentejas y la ensaladilla rusa de mi madre. Es lo que hay para comer siempre que voy a casa, y lo que siempre me pone cuando me envía tuppers…
¿Te los llevas al trabajo?
Si me puedo llevar comida de casa, me la llevo. Es difícil cuidar la alimentación comiendo fuera a diario. Yo me esfuerzo en desayunar bien. Me levanto una hora antes si es necesario, para no salir de casa sólo con el café y el zumo. Hacer un buen desayuno es más sencillo que una buena comida, y además llegas a la hora de comer con menos hambre. En el trabajo intento no coger alimentos envasados, ni sándwiches de máquina… Si puedo comer una ensalada o llevarme algún tupper, lo hago. Y si no, dentro de las opciones, tiro más por lo verde: ensaladas, cremas de verduras…
¿Qué desayunas?
Antes me costaba mucho tomar fruta. Era muy vaga, muy de zumos. Ahora tomo fruta, un café, y tostadas con pavo, queso de Burgos… Antes me hacía huevos revueltos. Pero como el huevo de gallina me sienta mal, siempre tengo cocidos un montón de huevos de codorniz, que me encantan, y me los tomo con la tostada. A veces también alguna barrita energética. Intento hacer un desayuno completo.
Si repasáramos los menús de esta semana, lo que has comido y lo que no, ¿qué alimentos se repetirían con mayor frecuencia?
Cremas de verduras. Me encantan y me he acostumbrado a hacerlas. Con calabaza, zanahoria, calabacín… También ensaladas. Pollo a la plancha. Arroz rehogado con ajito, pescado…
Quien quiera invitarte a comer y acertar, ¿qué debe incluir en el menú?
Sushi. No me canso nunca de comerlo. Me encanta. Y se digiere muy rápido. Una digestión pesada, si no te puedes echar una siesta, es un horror. ¡El cuerpo es sabio! Te pide ciertas cosas; a veces no sabes el porqué, pero lo tomas y funciona, te sientes mejor. Lo mejor es escuchar al cuerpo.