Siempre que Yolanda García habla, nos aporta sabiduría, serenidad, sentido común y una visión global para entender la realidad desde todas sus perspectivas.
Para ella, el confinamiento ha sido un “baño de realidad como nunca antes habíamos vivido”. En un momento en el que pensábamos que controlábamos la situación, el coronavirus vino a poner el mundo patas arriba. Es una pandemia mundial e igualitaria para todos los seres humanos en la que no hay norte ni sur, ni ricos ni pobres.
Yolanda nos explica que el confinamiento nos ha llevado a una confrontación, tanto individual como colectiva que ha podido afectarnos la estabilidad psicoemocional.
Por una parte, nos ha llevado a una confrontación individual, con nosotros mismos. Nos ha encerrado a todos en nuestras casas y nos ha obligado a parar. Seguramente nos ha llevado a plantearnos preguntas: qué tal estoy con mi pareja, qué relación tengo con mis hijos o cómo estoy afrontado la maternidad o la paternidad. En definitiva, nos ha devuelto nuestra vida real sin todas las capas que nos interferían en el día a día y “mirarte implica reencontrarte con tus vacíos y tus sombras”, asegura la psicóloga.
Las personas que viven solas, además, se han tenido que enfrentar a la soledad, que tanto miedo da. Yolanda explica que, cuando se entiende que es una compañera de vida y se mira con cariño y con amor, puede dar muchos aprendizajes y oportunidades para crecer.
Por otra parte, ha habido una confrontación a nivel colectivo. Cuando nos hemos retirado, hemos podido ver como la Tierra se regenera y los animales recuperan sus espacios naturales.
A nivel social, también se ha reafirmado la falsa conciliación familiar, que el teletrabajo es posible (incluso con los hijos en casa) y hemos podido constatar el papel esencial de ciertas profesiones.
El confinamiento también nos ha traído miedo, incertidumbre económica y muerte de familiares o amigos.
5 claves para afrontar el desconfinamiento
1-Cambiar de lenguaje y de paradigma
Enfocarnos en la salud y no en la enfermedad. Es importante entender que el cuerpo tiende a la salud,es decir, la pulsión natural del organisme es tendir hacia a la vida.
Además de cuestiones higiénicas y de mascarillas o la búsqueda de vacuna, en ningún momento ningún organismo oficial nos ha hablado de cómo cuidarnos para estar más fuertes contra el coronavirus.
2-Focalizarnos en el terreno y no en el microorganismo
Para que se desencadene una infección tiene que haber un microorganismo y un terreno debilitado (más amplio que el sistema inmunitario). Bebemos de científicos como Pasteur, que se centran en el microorganismo, pero otros como Claude Bertrand o Antoine Bechamp daban mucha importancia al terreno.
Por lo tanto, tenemos que dejar de temer tanto a los microorganismos y enfocarnos en fortalecer nuestro organismo de una manera global.
3-Nutrirnos en todas las dimensiones
- Física: alimentación sana y acorde a nuestras necesidades; tomar el sol para tener buenos niveles de vitamina D, implicada en el buen funcionamiento del sistema inmunitario; hacer deporte y respirar de manera consciente.
- Emocional: nos hemos dado cuenta de lo importante que es la parte social y del compartir, los abrazos y el contacto.
- Intelectual: leyendo o estudiando. Durante el confinamiento hay muchos directos para formarnos y seguir aprendiendo.
- Espiritual: plantearnos para qué estamos aquí y qué aportamos a este mundo.
4-Abrazar la incertidumbre
Vivimos en una falsa idea de control que solo intenta camuflar el vacío. Yolanda García propone: “Debemos vivir en el fluir tal y como hace el agua con la ley del mínimo esfuerzo.” Esto no significa no trabajar, sino que se trata de no ir en contra de tu esencia, tal y como hace la naturaleza cuando el agua siempre busca el camino más fácil para seguir fluyendo.
Además, otro aprendizaje que podemos copiar de la naturaleza es la cooperación y no competencia. Todos tenemos cosas que aportar y tendríamos que abrirnos a vivir, a dar, y situarnos en la salud.
5-Ser adultos
Ser adulto significa hacerse responsable de la propia vida: mirar mi necesidad y atenderla en la medida de lo posible y dejar de echar las culpas fuera sin caer en un lugar de víctima. Por otro lado, significa conectar con nuestra esencia y abrazar la verdad. Yolanda nos explica que hasta ahora estábamos “anestesiados” con las compras, los fines de semana o las vacaciones de verano como los únicos momentos de satisfacción –estrategias para no enfrentarnos a nuestro propio dolor. En definitiva, ¡se trata de vivir y no de sobrevivir!
También es importante dejar de vibrar en el miedo, y evitar la infoxicación, porque, al final, los medios dan una información parcial y nos puede debilitar mucho.
Ayudas externas
Una vez hemos reflexionado sobre la situación actual y hemos visto todo lo que podemos hacer internamente, también nos podemos ayudar de algunos suplementos. Yolanda habla de tres grupos que a ella le han servido mucho en consulta:
1-Reequilibrar el sistema nervioso para los momentos de estrés, ansiedad, miedo o nervios.
- Zen Plus: tiene una sinergia con adaptógenos como Ashwaganda y rodiola, con vitaminas del grupo B (en formas bioactivas que se absorben directamente sin necesidad que las active el hígado), jalea real y L-teanina, útil para momentos con el cortisol demasiado elevado. Reduce la irritabilidad nerviosa y la ansiedad a la vez que favorece un bienestar emocional y contribuye a mejorar la resistencia física y el rendimiento cognitivo potenciando la concentración y la capacidad crítica. Además, contiene magnolia y felodendron, que desactivan el mecanismo de acumulación de grasa cuando hay estrés.
- Dormo8 Complex: contiene 6 extractos de plantas seleccionadas con acción ansiolítica, sedante y/o inductora del sueño, entre las cuales destacan la pasiflora, lúpulo y manzanilla. Se completa con la melatonina –una hormona natural producida por la glándula pineal que participa en la regulación del ciclo circadiano de sueño-vigilia– y el magnesio –el mineral antiestrés que actúa sobre el sistema neurológico favoreciendo el sueño y el descanso reparador.
- Lavanda-Stress: reequilibra el sistema nervioso en estados de inquietud y estrés mental. Además, contribuye a la relajación y a mantener un sueño saludable. Tiene un mecanismo de acción similar a las benzodiacepinas (ansiolítico o antidepresivo), pero sin los efectos secundarios y adictivos de estas. Es un suplemento muy simple, pero muy efectivo. Al ser un aceite esencial emulsionado con aceite de oliva es fácil de digerir.
2-Grasas
Omega Mood-EPA: es una combinación de lípidos marinos concentrados con alto contenido en EPA (1.000 mg), complementado con 100 mg de DHA, extraídos de diversas especies de pescado salvaje. Hay estudios que indican que, para las alteraciones de estado de ánimo, es muy eficaz la mayor proporción de EPA con relación a DHA (idealmente, de 6:1). La depresión tiene un componente inflamatorio y los omegas ayudan a reducir esta inflamación. Es importante el aporte de grasa para soportar el estrés durante el confinamiento y también para el proceso de desconfinamiento.
3-Probióticos
Pro-Urgency: es un psicobiótico con 50.000 millones de cepas probióticas que ayudan a restablecer la microbiota intestinal. Es especialmente interesante en el tema que abordamos porque trabaja con cepas que apoyan al sistema nervioso (Lactobacillus rhamnosus, L. helveticus y L. longum) y que ayudan a reequilibrar estados de ánimo transitorios como la depresión o el estrés.
¿Estrés o ansiedad?
El estrés se confunde, a menudo, con la ansiedad porque provoca nerviosismo. Una persona que está estresada por un exceso de trabajo genera un exceso de cortisol y necesita serenarse para poder desarrollar sus tareas. Si le damos un sedante, subirá el GABA (neurotransmisor que favorece la calma) y estará más tranquila, pero solo mientas dure el efecto y luego continuará el estrés. En este caso es mejor decantarnos por un suplemento como el Zen Plus, que nos ayudará a serenarnos, pero también a ver las cosas más claras, a focalizarnos y a rendir.
La ansiedad se da por preocupaciones que no podemos controlar y, en este caso, sí que buscamos una relajación más profunda. Podemos activar el GABA con la lavanda o el Dormo8.