Sin embargo, esto no es tan fácil, pues estamos ante una época del año muy exigente y las agendas se vuelven a llenar de actividades y trabajo. Y la alimentación es casi siempre un aspecto que terminamos dejando de lado pues, sencillamente, no hay tiempo para hacerlo bien. ¿Qué podemos hacer para no caer en opciones de emergencia insanas que nos sacan del apuro, pero nos hipotecan la salud?
1- Llenar la alacena con alimentos prácticos y sanos
Tener opciones saludables en la alacena que puedan ayudarnos a resolver de la mejor manera las comidas familiares es, sin duda, una gran idea, siempre que escojamos bien nuestros productos.
Ya sabemos que existen un montón de alternativas industriales muy poco interesantes que, aunque accesibles económicamente, no deberían estar presentes en nuestras despensas. En cambio, hacer una buena reserva de semillas, frutos secos, cereales integrales, legumbres, especias, si son de buena calidad, es siempre de gran ayuda.
Otro producto de despensa especialmente interesante es el caldo, pues, si está elaborado con ingredientes de buena calidad, es un aporte nutricional valiosísimo y, además, puede enriquecer en sabor a casi cualquier plato. Además, es de estos productos que muchas veces no utilizamos porque toman tiempo en elaborarse y, de hecho, los hay ya elaborados de altísimo nivel.
La casa Aneto propone entre su gama de caldos el de Pollo Ecológico, elaborado a partir de verduras y pollo provenientes de la agricultura y ganadería ecológicas. Su sabor es intenso y esto se debe no sólo a que los ingredientes son frescos, naturales y cuidadosamente escogidos sino también a que es elaborado durante horas y a fuego lento, y no tiene lactosa, gluten ni huevos. Igual que hecho en casa, ya que Aneto no utiliza concentrados, deshidratados ni aromas añadidos.
El caldo de pollo es ideal para disfrutar solo o como base de sopas, cremas o guisos, que en esta época comienzan a apetecer. Y, además, es un excelente aporte nutricional, ya que es rico en vitamina A y también en calcio y hierro. Definitivamente, una base muy práctica y con un extra de nutrición para la alacena familiar.
2- Planificar el menú semanal
Hacer una planificación semanal de menú, con lista de compra, será también tiempo y energía que ganaremos a favor, además, de que las comidas sean saludables y nutritivas.
¿A quién no se le ha venido encima alguna vez la hora de la cena sin nada previsto, y ha tenido que salir a resolverla con productos de mala calidad? No hay alternativa: para poder llevar una alimentación sana y no volverse loco en el intento es fundamental dedicar un rato a planificar y a comprar.
Tener en cuenta el menú del cole es interesante, no sólo para no repetir sino también para conseguir una alimentación más equilibrada y más limpia.
3- Preparar fondos de nevera
Los fondos de nevera son preparaciones que se hacen una vez y sirven para varios días. Es tan fácil como poner los cuatro fuegos y preparar un cereal integral, un poco de verdura al vapor, unas legumbres y unos huevos duros, por poner un ejemplo. Luego se reserva todo en la nevera y se va utilizando y combinando de diferentes maneras: un día se calientan las legumbres con un poco de verdura, otro día se tritura y se hace hummus, un día las verduras sirven para hacer una ensalada tibia con el huevo y el cereal integral y otro día se usan para hacer una crema o un puré. Y así con todo. Los fondos de nevera son una gran ayuda para quienes necesitan resolver con practicidad y se niegan a recurrir a paquetes con etiquetas difíciles de entender.
Seguir alimentándose correctamente no es una misión imposible, aunque falte el tiempo, si tenemos en cuenta estas tres maneras de simplificarnos en la cocina. Son hábitos fáciles de adquirir y, sobre todo, muy valiosos para encarar los meses de frío que se avecinan con el cuerpo y la mente nutrida. ¡Feliz y nutritiva vuelta al cole!