Si hay una verdura que ha amargado nuestra infancia, esta ha sido, sin lugar a dudas, la acelga: rehervida en litros y litros de agua, insípida, viscosa al tacto… La culpa, claro, no la tenía la pobre verdura, sino los escasos conocimientos culinarios de nuestras madres a la hora de cocinarla.
Ahora que vuelve a ser tiempo de acelgas, ha llegado la hora de hacerles justicia.
Es originaria de los países europeos de la costa mediterránea y el norte de África. En el siglo I dC ya se consumía: la comían los griegos. Y los romanos y los árabes, que desarrollaron su cultivo y descubrieron sus propiedades medicinales.
Encontraréis las acelgas todo el año, pero el mejor momento para consumirla es en otoño y en invierno. Parece una verdura humilde, pero está cargada de nutrientes fundamentales para nuestro organismo, sobre todo minerales como el calcio o el potasio y vitaminas como la C o la A. Es ideal para dietas depurativas, es diurética, tiene mucha fibra y tiene muy pocas calorías.
Las propiedades nutricionales de las acelgas
Tienen vitamina C (24 g por cada 100 g de acelgas), una vitamina antioxidante que interviene en muchas reacciones metabólicas y que ayuda a la absorción del hierro.
También tienen una cantidad nada insignificante de vitamina A (1.950 unidades internacionales). La vitamina A nos ayuda a combatir infecciones y, entre otras cosas, es esencial para la piel, el cabello, las mucosas y los ojos.
100 g de acelgas cubren además:
- El 25% de las necesidades diarias de potasio
- El 30% de las necesidades diarias de calcio
- El 50% de las necesidades diarias de hierro
- Casi la mitad del magnesio necesario diariamente.
- El 20% de la vitamina E diaria necesaria.
- Además de aportar yodo, ácido fólico -esencial para las embarazadas- y betacarotenos
- Una pequeña cantidad de vitaminas del grupo B
Los mejores efectos sobre el organismo de las acelgas
- Ayudan a mejorar el transito intestinal
Son muy ricas en fibra, por lo tanto, son ideales para combatir el estreñimiento.
- Te ayudan a controlar el peso
Si tenéis que perder peso, también os ayudarán: en este sentido no hay ningún alimento mágico, pero sacian, son bastante nutritivas y tienen pocas calorías.
- Presentan un ligero efecto diurético
También son calmantes, si tenéis problemas digestivos o intestinales, y tienen un ligero efecto diurético y alivian las irritaciones de las vías urinarias.
- Nos ayudan con el acné
Tienen efecto alcalinizante y nos ayudan a no perder minerales y a mejorar problemas de piel como el acné.
Como hemos dicho antes, si sufrís cálculos renales o litiasis renal, cuidado, porque contienen una pequeña cantidad de ácido oxálico. Esto no quiere decir que no debáis comerla, significa que no abuséis de su consumo.
Las acelgas en la cocina
¿Cómo escoger las mejores acelgas ?
Comprad las que estén en buenas condiciones, sin manchas ni agujeros, que tengan un color verde intenso y tengan buen aspecto. Mejor pequeñas que grandes, porque son más sabrosas, y, si podéis, compradlas ecológicas, que acumulan menos pesticidas y productos tóxicos. Se deben lavar muy bien, porque suelen llevar mucha arena. A la hora de comerlas, se aprovecha todo.
¿Cuál es la mejor forma de cocinar las acelgas?
Bromeábamos con los traumas infantiles relacionados con las acelgas, pero la cosa es bastante seria: nuestra relación con la comida también es emocional, y si de pequeños nos han hecho aborrecer algún alimento en concreto o nos han forzado de malas maneras a comer cosas que no nos gustaban, lo más probable es que desarrollemos aversión por determinados alimentos.
Si es vuestro caso, recordad que ya no sois niños y que quizás vale la pena dar una segunda oportunidad a determinados alimentos. Por suerte, la naturaleza nos ofrece múltiples posibilidades para obtener los nutrientes que necesitamos cada día de muchos alimentos diferentes, pero ampliar el abanico de alimentos es esencial en una dieta sana: primero, porque os ofrece más posibilidades nutritivas y organolépticas; y segundo, porque si coméis muy variado la posibilidad de tener intolerancias alimentarias se reduce drásticamente.
A pesar de nuestros traumas infantiles, hervir las acelgas es una posibilidad a tener en cuenta, pero huid de aquellas cocciones largas y a alta temperatura que torturaban la verdura y la desnudaban completamente de gusto y de nutrientes. Además, si se cuecen tanto rato liberan ácido oxálico, una sustancia nociva para quienes padecen cálculos renales.
Las claves para cocinar correctamente las acelgas:
- Poca agua
- Sal
- Y cocción rápida: en tres o cuatro minutos, ya las tenéis preparadas.
Estaría bien, sin embargo, que la acompañáramos de alguna salsa: un vaso de agua, el zumo de medio limón y una cucharada de tahina, por ejemplo, y obtendréis una salsa excelente para esta y otras verduras.
Las acelgas también se pueden hacer al vapor o salteadas, y combinan bien con la mayoría de las especies.
Sed generosos con la cantidad, ya que las acelgas, como las espinacas, están llenas de agua y se reduce mucho su tamaño durante la cocción.
¿Cómo conservar las acelgas en casa?
Cuanto menos frescas, más amargas se vuelven. Se conservan mal, incluso dentro de la nevera, así que no esperéis más de dos o tres días a consumirlas después de haberlas comprado.
Las mejores recetas con acelgas
No te pierdas las originales recetas con acelgas que encontarás en el web de Soycomocomo. Las acelgas no son aburridas, ¡descúbrelo!
- Bacalao con acelgas, garbanzos y miso por Carles Abellán
- Wraps crudiveganos detox para sustituir el bocadillo por Núria Roura
- Tres cremas por Bernard Benbassat