Hoy conoceremos a Odile, médico de familia en Andalucía y autora del blog “Mis Recetas Anticáncer”, espacio de referencia en la red sobre la lucha contra el cáncer, en el que publica las recetas que, a ella misma, le sirvieron para superar uno de ovarios muy agresivo y complicado.
Con una paz interior envidiable, nos cuenta que, cuando aparece una enfermedad, no nos tenemos que quedar sólo con el diagnóstico de la medicina convencional y que tenemos que investigar alternativas, experimentar y sobre todo hacer uso del sentido común.
Hola, Odile. Cuéntanos brevemente tu historia personal.
Tuve cáncer de ovarios en el año 2010. Las probabilidades de superar este tipo de cáncer eran muy muy bajas, y pensé que, aparte de someterme a la quimioterapia, tenía que haber algo más que yo pudiera hacer para combatirlo. Inicié una búsqueda intensa de todo lo que se había publicado hasta el momento en PubMed, la base de datos sobre investigaciones científicas, con el objetivo de encontrar estudios que relacionaran el cáncer con la alimentación y con las emociones.
¿Por qué buscabas relaciones entre cáncer y alimentación?
Porque, como médico de familia, gracias al día a día, he podido comprobar que lo que comemos afecta mucho a la enfermedad. A los diabéticos, cuando comen mal, se les descontrola el azúcar, en cambio, si comen bien, lo tienen regulado. Y pensé que si una buena alimentación ayuda a las personas diabéticas, también tenía que ayudar a una persona con cáncer o cualquier otra enfermedad; aunque en la facultad nunca me lo hubieran contado.
¿Qué os cuenta sobre alimentación en la facultad?
Prácticamente nada, sólo algo sobre alimentación y diabetes. No hay ninguna asignatura sobre alimentación y enfermedad, y esto es realmente un problema, ya que si no nos informan en las facultades, después no lo podemos transmitir a los pacientes. Y no es que no haya estudios: hay muchos, pero no se conocen.
¿Cuáles son estos estudios que hablan de la relación entre cáncer y alimentación?
Por ejemplo, El código europeo contra el cáncer (1987), que afirma claramente que el cáncer está muy relacionado con la alimentación, y que se puede prevenir con unos hábitos de vida saludables. ¡Pero ni los oncólogos lo conocen!
O el estudio EPIC, hecho en la UE a 500.000 europeos, 7.000 de los cuales eran españoles. Hace notar que hay una relación clara y estrecha entre el cáncer y la alimentación: se puede ver claramente como en el norte de Europa se registra más cáncer que en el sur. Y concluye, por lo tanto, que la dieta mediterránea es una de las más saludables. Pero la “falsa” dieta mediterránea que actualmente sigue la mayor parte de nuestra sociedad se ha pervertido muchísimo. Se refiere a la dieta mediterránea de los años sesenta.
O el Quality Low Input Food 2007 UE, que cuenta los beneficios de la agricultura ecológica respecto de la convencional. Demuestra que la comida no ecológica puede favorecer más caries, fracturas, obesidad e infecciones, cáncer…
¿En tu caso, cuáles fueron los cambios en la alimentación que hiciste para combatir el cáncer y recuperar este estado fantástico de salud que irradias?
Mucha fruta, mucha verdura, semillas, fruta seca, cereales integrales, legumbres, y todo fresco. Eliminé del todo la carne, los azúcares, los lácteos, todos los alimentos procesados y envasados, así como todos los alimentos y productos cosméticos susceptibles de contener pesticidas, herbicidas, transgénicos o elementos químicos. Aparte, también renové los enseres de cocina: tiré directamente todo lo que tenía teflón y aluminio.
Y, como mi cáncer estaba muy avanzado, antes de empezar la quimioterapia decidí sólo comer crudo para combatirla.
Un bocado
Un blog: A New Way Of Life (Anticancer)
Una película o documental: Super Size Me
Un libro: Anticáncer
Un restaurante: En Barcelona, el Biocenter; en Andalucía, Raizes
Una actividad: Yoga
Un acontecimiento: Biocultura
Una receta: Zumo de apio y zanahoria
Un plato preferido: Curry vegetal
Un consejo: Ser feliz
Una frase: Que el alimento sea tu medicina.
¿Alimentación cruda para combatir la quimio?
Sí. En términos de la medicina china, la quimio es muy yang, que quiere decir que genera muchísimo calor interno en el organismo; básicamente lo quema todo. Y los alimentos crudos son muy ying, refrescan energéticamente y, por lo tanto, ayudan a equilibrar el organismo en un momento tan extremo. Yo os puedo asegurar que, haber empezado una dieta radicalmente cruda antes de la quimio, me sirvió para no tener ningún efecto secundario. Si ya se ha empezado la quimio, yo recomendaría combinarla con vegetales cocinados, porque las mucosas digestivas se debilitan mucho.
Los alimentos crudos aportan muchos fitoquímicos, que son sustancias que sólo encontramos en los vegetales y que se ha comprobado que pueden bloquear el efecto del cáncer. Algunos alimentos muy potentes en este sentido son la cúrcuma, que contiene curcumina; la zanahoria, que contiene carotenos; o la cebolla, que contiene quercetina. Para conservar estos fitoquímicos, es muy importante como cocinamos los alimentos. Cuanto más cocinamos un alimento, más sustancia se está perdiendo. Aconsejo dar, por lo tanto, prioridad a los crudos, al vapor o al cocido; y desaconsejo totalmente el frito, la barbacoa y el horno.
¿Y esto no lo saben las personas que se someten a quimioterapia?
Pues la verdad es que no; nadie se lo cuenta. Normalmente les suelen decir que pueden comer de todo, que es igual, que esto no afecta de ninguna forma. Y es una verdadera lástima.
Yo empecé a contarlo a mis compañeras de quimio y, como podéis imaginar, hubo algunas que me hicieron caso y hubo otras que no. Lo que fue impresionante fue ver, a lo largo del proceso, como las que me habían hecho caso se recuperaban mucho más rápido que las que continuaban comiendo pasteles, carne, freídos y procesados.
Esas investigaciones había que compartirlas, ¿no?
Exacto. Me sirvió para verlo todo más claro y fue cuando decidí abrir el blog. Al principio sólo era para compartir las recetas de mi cocina con las compañeras de quimio y, más adelante, viendo el éxito, también hice multitud de conferencias aquí y allá para difundir este conocimiento con todo el mundo que luchara contra el cáncer y lo quisiera aprender. Dicen que lo que no se da se pierde: quiero ayudar a los otros, es mi vocación.
Y os tengo que decir que ahora, en Granada, estamos generando mucho movimiento y se está notando; hay enfermeras que vienen a las conferencias y entonces les dicen a sus pacientes que tienen que hacer una dieta limitando la carne, los azúcares e incorporar más alimentos frescos y ecológicos. Despacio germinan las semillas que hemos ido plantando.
Enuméranos alimentos muy buenos y alimentos muy malos para prevenir el cáncer.
Los muy malos son las grasas trans (margarinas, aceite de girasol refinado), el azúcar (directamente, o todos los dulces industriales, los refrescos…), la carne roja y la procesada (embutidos, frankfurts, hamburguesas…), las harinas blancas y refinadas (pan, bollería…).
Los alimentos muy buenos son todo lo que es vegetal ecológico, toda la verdura, la fruta (cítricos, la fruta roja), la cúrcuma, las semillas de lino, las crucíferas, el té verde de hoja ecológica (sin hervir, 8-10 minutos), la fruta seca, las legumbres, los cereales integrales, el aceite de oliva.
¿Cuál es, pues, la dieta mediterránea auténtica de la cual hablabas antes?
No es muy difícil de imaginar. Sólo hace falta hacer un ejercicio mental e imaginar cómo vivían y qué comían nuestros abuelos: muchos vegetales y frutas frescas y de temporada, aceite de oliva, ningún alimento procesado, muy pocos dulces (sólo por Navidades y Semana Santa, y hechos en casa, claro), agua y vino (poco); ni cerveza, ni alcoholes fuertes, ni refrescos… Ensalada primero cada día y, luego, el plato caliente, el potaje, compuesto de cereal, legumbre y verduras, todo cocido a fuego muy lento durante unas cuatro o cinco horas sin llegar nunca a 100º C; muy poca carne y embutido y de mucha calidad, es decir, artesanal y de animales criados en libertad, y también un poco de pescado de vez en cuando.
En el blog también dices que las causas del cáncer son un 5% genéticas y un 95% ambientales. ¿Qué quieres decir?
El IARC (International Agency for Research on Cancer) nos dice que la probabilidad genética (hereditaria) de desarrollar cáncer es sólo del 5% y que, en cambio, el 95% de las probabilidades vienen dadas por el ambiente. O sea, la alimentación, el estilo de vida, los hábitos, el ejercicio y los tóxicos a los que nos exponemos (ambientales, ingeridos, etc..).
Por lo tanto, nos dice que el hecho de tener cáncer o no ¡está en nuestras manos! Si apostamos por un estilo de vida saludable y equilibrado es mucho menos probable que desarrollamos uno.
¿Qué le dirías a una persona con cáncer?
Tienes que ser parte activa de la enfermedad; te lo tienes que preguntar todo. Muchos pacientes no preguntan por el tratamiento al que se están sometiendo. Se tiene que preguntar la tasa de efectividad, se tiene que estar informado: qué te darán y porqué, el tipo de cáncer que tienes, qué puedes hacer… Aunque el médico te diga que no puedes hacer nada, busca información, porque sí se pueden hacer muchas cosas.
¿Qué le dirías a un profesional de la salud?
Que abra la mente y que investigue, que no se conforme con lo que le han enseñado en la universidad. Que busque mucho más, que entienda la medicina desde un punto de vista holístico y que todo lo que aprenda no se lo quede para él, que lo comparta con los pacientes.