El primer plato

El primer plato

Durante el primer año de vida, la leche debe constituir la fuente principal de nutrición. La introducción de nuevos alimentos, que debe ser gradual, es para complementar y garantizar los nutrientes necesarios para el crecimiento.

Primero de todo, introduciremos los alimentos más fáciles de digerir. Cada alimento se debe empezar a dar en el momento adecuado. A continuación os mostramos una pequeña guía para llenar la despensa y la nevera de casa.

El aceite también es un alimento; por lo tanto hay que tener en cuenta su proceso de transformación. Para asegurarnos de que el aceite mantiene todos los nutrientes de la aceituna, es necesario que el proceso sea lo más respetuoso posible. Estamos hablando, más concretamente, del aceite ecológico de primera presión en frío, que siempre daremos en crudo.

Verduras de temporada:

  • Todo el año: zanahoria, puerro, cebolla
  • Verano/otoño: calabacín, judía tierna
  • Invierno: brécol, calabaza, chirivía

Hortalizas: patata

Cereales: trigo sarraceno, mijo y arroz (no contienen gluten)

Cada día, el niño debería comer un puré de unos 200-225 g. Es recomendable usar la balanza, que nos será muy útil a la hora de preparar las cantidades exactas que necesitamos para cocinar.

Fórmula de ejemplo:

90 g de verdura + 125 g patata + 1 cucharadita de aceite

Los primeros purés son solo para probar; el niño experimenta y descubre los alimentos. Es necesario, pues, que durante esta etapa respetemos su ritmo y sensación de hambre. Si no se termina todo el puré, no nos debemos preocupar: el peso final del triturado funciona como referencia. Cada niño es un mundo, tal como lo somos los adultos; lo mejor, pues, es guiarnos por su sensación de hambre.

Prepararemos el primer triturado y, así, iremos descubriendo cómo tratar cada uno de los alimentos. Es mejor empezar por uno de zanahoria y patata; el resultado final: un puré dulce.

Lavamos las zanahorias –recomendamos hacerlo con un cepillo de verduras–, que no pelaremos si son ecológicas, ya que en la piel se acumulan más nutrientes y vitaminas. Una vez tengamos la zanahoria lista, pelamos y cortamos la patata. Lo cocinamos todo al vapor y seguidamente lo trituramos. Justo antes de servirlo, añadiremos una cucharadita de aceite y listos. ¡Buen provecho!

Si nos queda puré, lo podemos guardar en la nevera para el día siguiente, que lo calentaremos al baño maría en lugar de hacerlo con microondas.

Es importante favorecer las condiciones que permitan adquirir progresivamente unos hábitos alimentarios saludables.

Nani Moré
Nani Moré